jueves, 26 de febrero de 2015

¿Por qué es preferible garantizar el derecho a la renta en vez de garantizar el derecho al trabajo? (I)


Vídeo documental sobre la renta básica universal
En un artículo anterior empezamos a explicar porqué queremos garantizar una renta básica de ciudadanía. La razón fundamental es que la garantía de los derechos humanos requiere de medios económicos. Os dejo aquí un vídeo de youtube donde se explica muy bien. Es un poco largo (unas 2 horas). A continuación resumo los que a mi juicio son los principales motivos.

Prácticamente todos los países del mundo han firmado la declaración universal de derechos humanos, pero ¿cuantos de ellos han puesto medios eficaces para garantizar que todos los ciudadanos puedan defender sus derechos individuales? Tener un sistema judicial, como poder independiente a los otros poderes del Estado, al que todo ciudadano pueda recurrir para defender sus derechos de los abusos de otras personas o del propio Estado es básico. Pero antes de recurrir al sistema judicial los ciudadanos deben poder ejercer los derechos por sí mismos y derechos humanos fundamentales como el derecho a la vida y a la libertad pueden quedar vacíos de contenido si no garantizamos que las personas puedan procurarse razonablemente medios económicos para la subsistencia y para hacer frente a la coacción.

El derecho fundamental a la vida y a la libertad no consiste sólo en que no te maten. Es necesario también que las personas no estén sometidas a la amenaza latente de la pobreza. Es necesario que las personas puedan vivir libremente, es decir, que puedan tomar con libertad las decisiones más importantes sobre su propia vida. En una sociedad en la que el dinero se ha convertido en el medio general de intercambio la gente no puede ejercer sus derechos a la vida y la libertad sin un mínimo de dinero. El mercado funciona como una democracia donde la gente vota a favor de lo que necesita o le gusta comprándolo con su dinero. Cuando existe libertad de empresa (para producir) y libertad de consumo (para elegir), las decisiones de compra de los consumidores gobiernan adecuadamente la economía para que produzca todo aquello que es necesario o sencillamente deseado por los ciudadanos. Pero si una parte de la población no puede comprar lo que necesita estamos negando a esa parte de la población el derecho a votar qué debe producir el mercado. El mercado es un buen mecanismo para decidir qué debemos producir (mecanismo de asignación). En general el mercado es un mecanismo de asignación mejor que el Estado, descentralizado y democrático. Pero para que el mercado funcione como un mecanismo democrático para todos es necesario que todos tengan algo de dinero y puedan votar comprando.

El mecanismo del mercado funciona bien para decidir la producción de la economía, pero tiende a generar desigualdad y pobreza


Si no garantizamos de algún modo que todos los ciudadanos consigan el mínimo de dinero que es necesario para su supervivencia el mercado no funcionará correctamente como mecanismo de asignación. A las personas que no tienen dinero y no pueden comprar lo que necesitan el mercado no les sirve. Creo que hasta aquí casi todos estaremos de acuerdo. Y algunos dirán: bueno, el que quiera dinero no tiene más que trabajar, para eso está el mercado de trabajo. El problema del mercado de trabajo es que funciona igual que el mercado de bienes y servicios, pero en este caso no se trata de productos sino de personas. Si en el mercado de bienes producimos demasiado y nos sobran algunos productos ¿qué pasa? el precio de los productos sobrantes baja, y si no hay modo de colocarlos los tiramos a la basura, y no pasa nada. Pero en el mercado de trabajo aplica las mismas reglas a las personas. Si sobra gente que quiere trabajar... ¿les bajamos el sueldo y si no hay modo de colocarlos los enviamos al extranjero? Pues sí, así es como funciona. Quien defiende el mecanismo de mercado a ultranza está defendiendo esto. Pero quienes defienden esto no pueden pretender que no pase nada. Los productos no tienen derechos, las personas sí. Y el mecanismo del mercado de trabajo atenta contra los derechos de las personas (derecho a supervivencia, derecho a la libertad de residencia). El mercado de trabajo es un mal mecanismo de distribución de la renta porque no garantiza que todas las personas consigan el mínimo de renta que es necesario para vivir y ejercer sus derechos fundamentales.

El mecanismo de mercado conduce a una distribución de la renta que se concentra cada vez más en unas pocas manos y tiende además a dejar a muchas personas con muy pocos ingresos o ninguno. Es decir, el mecanismo de mercado tiende a generar una distribución de los ingresos muy desigual y no es capaz de acabar por sí mismo con la pobreza. No hay nadie que discuta esto. Por ello todos los Estados, incluidos todos los capitalistas, han creado mecanismos "redistributivos" que normalmente pasan por la intervención del Estado en algunas áreas.

Durante el siglo pasado se han ido generalizando los sistemas de Seguridad Social. La Seguridad Social se financia mediante cotizaciones sociales que recaen sobre empresas y trabajadores, es decir, se financia mediante un impuesto al trabajo. La Seguridad Social nació para asegurar que llegue dinero a los que no pueden trabajar por un motivo u otro (accidente de trabajo o enfermedad profesional, vejez, enfermedad enfermedad común, incapacidad, embarazo y maternidad, prestaciones familiares, etc.). Además, los Estados crean directamente empleo al realizar parte de la producción que el mercado no proporciona en suficiente cantidad (obras públicas, seguridad, educación, sanidad...). El empleo generado directamente por el Estado (empleados públicos) puede estar entre el 10 y el 20% de los puestos de trabajo y el empleo generado indirectamente por el Estado (Inversiones y compra pública) puede alcanzar fácilmente otro 20%. Los gastos del Estado se financian mediante impuestos que en teoría deberían ser progresivos (pagan proporcionalmente más los que más tienen). Así, a finales del siglo XX todos los países de la OCDE tenían un sistema de Seguridad Social relativamente fuerte y un presupuesto del Estado que en conjunto pueden estar manejando entre el 35% y el 50% de la economía. Es una intervención muy importante que se acompaña además de toda una serie de regulaciones sobre lo que se puede hacer en el sector privado como salarios mínimos, prohibición de trabajar a los jubilados, etc. Todos estos mecanismos se han creado suponiendo que de algún modo todo el que quiera trabajar encontrará un empleo. Pero en España no hemos tenido "pleno empleo" desde 1975... ¿Por qué no puede trabajar todo el que quiera? ¿por qué el mercado no está ofreciendo el mercado suficientes puestos de trabajo para que todo el que quiera pueda conseguir el mínimo de ingresos necesario para defender sus derechos individuales? ¿Las elevadas tasas de desempleo actuales son un efecto transitorio de la crisis o la escasez de empleos refleja una tendencia de fondo más general?

El empleo garantizado es imposible y además es indeseable


Ya hemos visto que el mercado por sí mismo no crea tantos empleos como para llegar a una situación de pleno empleo. Con ayuda del Estado se ha conseguido el pleno empleo en algunas épocas de gran crecimiento económico, pero cuando el ritmo de crecimiento baja no se puede mantener el empleo por lo que sólo se ha demostrado que el pleno empleo es posible, de forma transitoria, con ayuda del Estado para mantener tasas de crecimiento muy elevado.

Si observamos la historia económica de la humanidad parece evidente que el pleno empleo no ha sido la norma sino la excepción. Al menos si en el empleo como puestos de trabajo remunerado que producen ingresos suficientes para cubrir las necesidades básicas de una familia. Las estadísticas de empleo actuales son engañosas porque en la Encuesta de Población Activa una persona que haya trabajado una hora de forma remunerada la semana anterior a la encuesta se clasifica como "empleado". Esta forma de establecer la categoría de empleado es estándar en Europa y homologable al resto de países de la OCDE. El supuesto "pleno empleo" de EEUU no impide que una proporción significativa de los empleados (10-20% según estados) obtengan sólo ingresos por debajo del umbral de la pobreza. Y es preciso tener en cuenta que en EEUU existe un complemento salarial para los salarios bajos (el Earned Income Tax Credit) que puede suponer en algunos estados hasta el 50% del salario. Es decir, en EEUU los salarios bajos del sector privado están subvencionados por el Estado. Por cierto que este es el sistema que propone aplicar en España el nuevo partido Ciudadanos. Pero incluso con la subvención del Estado a los bajos salarios en EEUU existe una elevada proporción de "trabajadores pobres" y unos niveles de pobreza elevados que desmerecen los grandes logros que presenta en otros campos este gran país.

Por otra parte, existen varias experiencias a nivel internacional en las que se ha intentado conseguir el pleno empleo por la vía del empleo público directo: los países del área de la Rusia soviética, China en su etapa comunista, Cuba, etc. Con estos antecedentes resulta realmente anacrónico que alguien proponga el "trabajo garantizado" como alternativa a la renta básica universal para España en 2015. Sobre el complemento salarial garantizado para los salarios bajos vale la pena entrar a discutir sobre sus ventajas e inconvenientes en contraste con políticas de renta garantizada. Después de todo, el complemento a los salarios bajos reconoce la realidad: la tendencia de la economía de mercado es incapaz de generar suficiente número de empleos con una remuneración mínima adecuada. Por supuesto, la demanda de trabajo de las empresas es prácticamente infinita eso no es un problema, el problema es que la empresa privada no puede pagar más salario que el valor de mercado que producen los empleados. Reconocida esta realidad los EEUU --o en España Ciudadanos-- proponen como solución que el Estado subvencione los salarios bajos, que viene ser lo mismo que subvencionar a las empresas para que utilicen mano de obra barata en vez de destruir empleo sustituyendo mano de obra cara por maquinaria, que es lo que harían sin la subvención.

¿Quien puede creer hoy día que el Estado o la empresa pública va a ser capaz de crear suficientes empleos productivos para emplear a toda la población cuando la empresa privada no puede hacerlo? La verdad es que nadie lo cree porque no es posible. El Estado, al igual que la empresa privada, sólo puede crear un número limitado de empleos productivos. Y el Estado, como la empresa privada, debe intentar ser lo más eficiente posible para producir los bienes que debe producir. Es decir, debe intentar producir más con menos, ser más productivo. Y es lo que están haciendo, correctamente, todos los Estados modernos cuando incorporan las tecnologías de la información y agilizan los procedimientos administrativos, lo que en la práctica significa que el Estado puede hacer más trabajo con menos funcionarios. Es posible que se necesiten más funcionarios y más empleados públicos para realizar algunas tareas (policías, profesores, personal sanitario...), pero siempre será un número limitado cuyo crecimiento deberíamos mantener controlado. Proponer como estrategia de garantía de rentas el empleo público garantizado implica comprometerse a pagar a la gente un salario mayor que el valor de lo que producen y esto es totalmente indeseable por motivos económicos y éticos.

1. Desde el punto de vista económico, que el Estado pague a los empleados públicos más de lo que producen (más de lo que les pagaría el sector privado) es indeseable porque distorsiona el mercado de trabajo haciendo competencia desleal al sector privado y creando un sistema dual en el que los empleados públicos gozarían de un salario más alto y con mayor seguridad en el empleo que el que ofrece el sector privado. A corto plazo es malo, pero a largo plazo peor. El sector privado solo pagaría a los trabajadores muy productivos y el Estado tendría que ir absorbiendo a un número creciente de trabajadores improductivos mientras que los trabajadores realmente productivos del sector público tendrían fuertes incentivos para irse al sector privado. El resultado sería un Estado hipertrofiado, muy ineficiente y unos servicios públicos desastrosos.

2. Desde el punto de vista ético el trabajo garantizado no es más deseable de lo que pueda ser la esclavitud o la servidumbre. Significa que el Estado le dice a la gente "el que no trabaje, que no coma".

¿El que no trabaje que no coma? Afortunadamente ningún país de la OCDE sigue ya esta doctrina


La realidad es que nunca ha existido ni existirá una sociedad en la que todas las personas consigan sus ingresos por medio del trabajo. Por eso mismo resulta chocante la frecuencia con la que hoy día políticos y periodistas de todas las tendencias hablan del trabajo remunerado como si fuese la única fuente legítima de ingresos. El problema es que en cualquier discusión sobre el trabajo remunerado se suelen mezclar argumentos económicos con valores y creencias profundas. No se trata de un debate racional, se trata de cuestiones de fe. Estas creencias no son estúpidas, tienen su razón de ser histórica. En la antigüedad el trabajo duro lo realizaban los esclavos o los siervos. Pero una economía basada en trabajo esclavo o en la servidumbre es muy poco productiva. Tanto en la guerra como en el trabajo, el rendimiento mejora mucho cuando la gente cree que defiende su propio país o cuando cree que trabaja para sí mismo. El rendimiento de quien lucha o trabaja por algo en lo que se cree es muy superior al de quien lucha por miedo al castigo o al látigo. Nuestra civilización democrática y de garantía de las libertades debe mucho a la ética del trabajo.

La ética del trabajo se remonta al relato bíblico de la expulsión del hombre del paraíso: "te ganarás el pan con el sudor de tu frente". Esta idea fue remachada en el Nuevo Testamento por Pablo de Tarso (San Pablo) con esta frase lapidaria: "el que no trabaje, que no coma". Este principio nos suena bien, suena a un acuerdo social lógico para superar penalidades, que todo el mundo debe arrimar el hombro y el que quien no lo hace es un insolidario y debe ser castigado. Un pacto de camaradas. Hemos sido educados para que este principio nos suene bien. Comparado con la organización de la economía basada en la esclavitud de hace 2.000 años no hay duda de que se trata de un principio más que razonable. Pero, ¿hasta dónde queremos hacer llegar ese principio?¿Sigue teniendo vigencia hoy día? y suponiendo que siga en vigor ¿Por cuánto tiempo podremos mantenerlo?

En 2014, España tenía una población de 46,5 millones de personas y de algún modo todos ellos consiguían ingresos para sobrevivir. ¿Cuantos consiguen sus ingresos de su trabajo? Según la última encuesta de población activa a final de 2014 había en España 17,5 millones de ocupados. Ya hemos comentado que esta cifra incluye autónomos y trabajadores por cuenta ajena que en la semana anterior a la encuesta trabajaron al menos una hora a la semana de forma remunerada, de modo que en esta cifra hay personas que realmente no consiguen todos los ingresos necesarios por el trabajo, pero vamos a suponer que fuese así. El cálculo es sencillo, en España hay unos 29 millones de personas que consiguen comer sin trabajar. De algún modo estos 17,5% de ocupados (38% de la población) dan de comer al resto. Este 62% de personas que reciben ingresos sin trabajar de forma remunerada los consiguen de alguna de estas otras tres formas:

  • Un 25% son niños o jóvenes a quienes mantiene su familia mientras estudian, ya sea porque son menores de edad (15%) o porque siguen estudiando o buscando empleo. Es decir, viven de transferencias de rentas directas de sus familiares.
  • Un 18% son mayores de 65 años y disfrutan de una pensión de jubilación o de viudedad. Es decir, viven de transferencias de rentas proporcionadas por la Seguridad Social.
  • Un 19% son adultos en edad de trabajar que no tienen empleo ni se encuentran en una edad en que parece lógico que pueda estar manteniéndoles su familia (no incluimos aquí a los jóvenes menores de 25 años no independizados, pero sí a los mayores de esa edad). Algunas de estas personas viven de su pareja, otras de prestaciones de desempleo o de tipo asistencial, otras de la ayuda de familiares. 
 La situación en otros países europeos es algo diferente, sobre todo por el ehcho de que en España la proporción de desempleados es más elevada, pero no modifica el hecho esencial: el porcentaje de ocupados que consiguen sus ingresos por su trabajo ronda en toda Europa y en general en los países de la OCDE el 40%. El resto de la población no vive de su trabajo sino de transferencias. Es decir, que afortunadamente estamos muy lejos de aplicar el principio de "quien no trabaje que no coma".

Conclusiones provisionales sobre política de rentas por la vía del trabajo


  • El mercado es un buen mecanismo para asignar medios materiales y trabajo a la produccion de los bienes y servicios que una sociedad necesita. Si se produce poco los bienes son escasos, su precio sube y las empresas producen más. Si se produce demasiado los precios bajan y en caso de sobrar se destruye, por lo que las empresas se acaban adaptando a producir menos. 
  • El mercado de trabajo funciona igual que el mercado de bienes, pero las personas no pueden ser tratadas como los bienes. Si hay poca oferta de trabajo suben los salarios y aumenta el empleo. Esto nos parece bien a todos porque las personas tienen derechos que corren el riesgo de ser vulnerados. Si hay más oferta de trabajo que demanda bajan los salarios y si los salarios no bajan lo bastante aumenta el desempleo y la gente se ve forzada a emigrar. Esto no nos parece bien a casi nadie. El mercado de trabajo es eficiente, pero los resultados de distribución que produce no nos gustan: concentración de ingresos, desigualdad creciente y pobreza.
  • Una solución provisional que puede funcionar es que el Estado subvencione los salarios bajos, lo que reduce el coste de las empresas. Las empresas pueden mantener el empleo que de otro modo sustituirían por máquinas o tecnología. La parte buena de esto, a corto plazo, es que mantienen el empleo. La parte mala, a medio y largo plazo, es que tienen menos incentivos para mejorar la productividad. 
  • El empleo garantizado es sencillamente una mala idea tanto desde el punto de vista económico como ético. Es anacrónico, económicamente imposible de alcanzar y todavía más insostenible. Y desde el punto de vista ético se parece demasiado a la esclavitud o a algún tipo de servidumbre que nadie queremos. No vale la pena perder mucho tiempo escribiendo sobre esto.

Ya hemos visto que en todos los países de la OCDE la mayoría de las personas no vive de su trabajo sino de transferencias de renta. ¿Y si el Estado en vez de tratar de asegurar que todo el mundo tenga un trabajo tratase de garantizar sencillamente que todo el mundo tenga una renta tanto si trabaja como si no?  En el próximo artículo argumentaremos las ventajas en el corto y el medio plazo de que un Estado moderno reforme sus políticas de rentas para caminar hacia un sistema de garantía universalista y desligado del empleo. Veremos que económicamente puede ser mucho mejor. Tanto en el corto plazo como --sobre todo-- en el largo plazo. Y que desde el punto de vista ético está perfectamente alineado con la garantía de los derechos humanos fundamentales.

Rafael Pinilla


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miércoles, 25 de febrero de 2015

Revisamos el proyecto económico de Ciudadanos contra el paro, la pobreza y la desigualdad (3/3)

Hoy concluimos con la serie de Luis Sanzo, que ha analizado el programa económico de Ciudadanos en sus aspectos relacionados con el complemento salarial anual (CSAG) y sus relaciones con el salario mínimo y la renta de ingresos garantizada de otros países europeos, con el análisis de su propuesta de contrato único.

 El contrato único y la temporalidad

Ciudadanos plantea “Un nuevo marco de relaciones laborales que elimine la temporalidad y acabe con la precariedad”, señalando que aspira a que la norma habitual de contratación laboral sea un contrato indefinido al que define como Contrato para la Igualdad de Oportunidades. Ve en esta aproximación “el germen de un nuevo marco de relaciones laborales en el que sean compatibles la flexibilidad empresarial y la estabilidad laboral de los trabajadores”.

El planteamiento contractual de Ciudadanos recoge, por tanto, la propuesta de FEDEA de contrato único como solución a la eliminación de la dualidad en el mercado de trabajo entre unos trabajadores indefinidos protegidos y temporales desprotegidos. El problema, no obstante, es que la dualidad real no es ésa, ni se reduce limitando la protección a los trabajadores indefinidos. El problema central es la existencia de una inseguridad básica en las condiciones de acceso al mercado de trabajo. Trabajar en sectores, ramas, empresas o profesiones con empleo más o menos seguro o no es la base real de la dualidad económica existente en España.

Aunque el sistema de créditos fiscales podrá contribuir a mejorar uno de los graves problemas, la existencia de una baja remuneración en algunos sectores, no sirve para resolver el problema de la inestabilidad de ciertos ámbitos de la economía española. El problema de fondo, que explica parte de la importancia de la contratación eventual –fraudulenta y abusiva en ocasiones pero en otras no- no es la modalidad de contrato, es la debilidad de una parte del sistema productivo español.

Este problema no se resolverá con el establecimiento de un sistema de falsos contratos indefinidos, con escasa protección asociada. La ruptura de esos contratos equivaldrá a la finalización de los contratos temporales, en especial en las crisis recurrentes que afectan a la economía española.

Hay otra cuestión, quizás menor pero igualmente relevante, que debería aclararse en la aproximación basada en el sistema de contrato único y es el tratamiento de las circunstancias atípicas en la contratación. En un sistema muy sujeto al ciclo productivo, por ejemplo en el turismo, es evidente que será necesario mantener formatos abiertos a modalidades de contratación temporal si se pretende mantener el empleo. Esto promete abrir una vía amplia a las excepciones en el contrato único, una cuestión que sin embargo es necesario abordar desde quienes defienden ese planteamiento.

Otro problema se relaciona con un hecho destacable en una economía muy sujeta al ciclo, tanto en el corto como en el medio y largo plazo, con amplios ámbitos de actividad relativamente precarios. Se trata de que las potenciales limitaciones a la contratación temporal podrían llevar a traducirse en una caída de la contratación. Hay suficientes datos para sostener que, tanto en el inicio como en el final de los ciclos alcistas, la contratación temporal minimiza el riesgo que supone la apuesta por la creación o el mantenimiento del empleo en determinadas ramas o ámbitos de actividad. El avance de la contratación indefinida, vía conversión de contratos temporales en indefinidos, que caracterizó el proceso de auge económico hasta 2008, muestra que la apuesta realizada hasta aquel año puede tener sentido como alternativo a la progresiva reducción del coste del despido que se esconde detrás del planteamiento del contrato único.


¿Por qué no mirar dentro de nuestras fronteras?

Las propuestas de Ciudadanos se fijan de forma llamativa en los modelos desarrollados fuera de nuestras fronteras. Las referencias son híbridas, como hemos podido comprobar, dado que no incorporan modelos socio-económicos integrales sino parte de los mismos. El ejemplo más claro hace referencia a la apuesta por un modelo de flexiseguridad sin renta garantizada. Ese modelo no existe en ninguna parte en los países económica y socialmente más desarrollado. Ni en los escandinavos ni en Estados Unidos o el Reino Unido.

La realidad, sin embargo, es que no siempre resulta necesario salir del Estado para encontrar experiencias de interés. Dentro de sus limitaciones, que un Estado potente como el español podría resolver y superar con facilidad, el modelo vasco es ejemplo de una experiencia de cierto éxito a la hora de combinar renta garantizada y sistemas de bonificación al empleo. En el periodo de crisis de 2008 a 2013, no ha habido otra comunidad autónoma que haya tenido mejores resultados en términos de mantenimiento de la población, contención en el aumento del desempleo y posición comparada en los niveles de afiliación. Tras la reconversión industrial, el País Vasco, y de forma particular el Gran Bilbao, constituían sin embargo la más pura expresión del riesgo de decadencia postindustrial de un país. Eran el Detroit de España que sin duda un Michael Moore español habría querido retratar.


El País Vasco es, en este contexto, un ejemplo de cómo la aplicación de un sistema mínimamente efectivo de renta garantizada resulta positivo para prevenir otro de los problemas señalado por Ciudadanos, el del excesivo endeudamiento. Lo demuestran no sólo las bajas tasas comparadas de desahucios sino también indicadores de acceso a niveles de ahorro suficiente para hacer frente a gastos extraordinarios que sólo pueden encontrarse en algunos de los países europeos socialmente más desarrollados.

Luis Sanzo

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martes, 24 de febrero de 2015

Revisamos el proyecto económico de Ciudadanos contra el paro, la pobreza y la desigualdad (2/3)

Ayer comenzamos a analizar la propuesta de complemento salarial anual garantizado (CSAG) de Ciudadanos, hoy Luis Sanzo continúa analizándola y plantea por qué esa propuesta debe ser acompañada por un sistema de rentas mínimas garantizadas.

Hay países socialmente desarrollados de Europa sin sistema de salario mínimo, sí, pero ninguno sin un sistema de rentas mínima garantizada

Es probable que Ciudadanos señale, para rebatir el argumento establecido en el punto anterior, que hay países socialmente desarrollados en Europa que carecen de un sistema de salario mínimo. Cuando Ciudadanos señala que “Existen sociedades, sobre todo en el norte de Europa, que han demostrado ser capaces de combinar la flexibilidad para encajar en la economía mundial con la igualdad de oportunidades y la seguridad para sus ciudadanos”, es muy probable que esté pensando en Austria o en los países escandinavos donde no existe salario mínimo estatuido en las normales estatales generales.

Presentación del programa económico de Ciudadanos el pasado día 17
A esto habría que replicar con dos precisiones importantes. En primer lugar, en los países señalados, con una todavía muy viva impronta socialdemócrata, la ausencia de un sistema de salario mínimo es en realidad relativa. Se compensa en general con la obligación de aplicación de los mínimos establecidos en convenios que tienen a cubrir a prácticamente toda la población ocupada. Así ocurre, por ejemplo, en los países escandinavos. En Austria, la carencia de sistemas de convenio colectivos se suple, por su parte, introduciendo normas sectoriales de garantía de un salario mínimo en los sectores no sujetos a convenio. Alemania que, hasta ahora, mantenía un sistema similar ha adoptado recientemente una norma general de salario mínimo.

En segundo lugar, y éste es un elemento fundamental, en los países europeos socialmente más desarrollados en los que no hay un sistema estatal de salario mínimo siempre está presente un desarrollado sistema de renta mínima garantizada.

La centralidad del sistema de bonificación al empleo CSAG no implica necesariamente que Ciudadanos se oponga a un sistema de rentas mínimas autonómicas, tal como el que existe en la actualidad, aunque no se hable de ello en el programa presentado recientemente. Pero sí presupone con casi total seguridad que no se priorizará el esfuerzo presupuestario en ese campo. Así parece adelantarlo el hecho de que Ciudadanos contraponga su CSAG a lo que definen como “una renta garantizada, que desincentiva el trabajo”.

La realidad, sin embargo, es que los modelos en los que dicen inspirarse en el Norte de Europa cuentan todos ellos con sistemas de renta garantizada, especialmente desarrollados de hecho en los países escandinavos y en Austria. En el contexto de los países mediterráneos, otro país sin salario mínimo, Chipre, se caracteriza también por tener uno de los modelos más efectivos de renta garantizada.

Los países con sistemas desarrollados de bonificación al empleo cuentan también con estos sistemas de renta garantizada. Así sucede en Francia donde el sistema de renta garantizada y el de bonificación al empleo convergen en una misma prestación, el Revenu de Solidarité Activa (RSA). Pero también ocurre en el Reino Unido y Estados Unidos donde los dos tipos de sistemas se plantean como complementarios. En el caso estadounidense, el EITC forma parte del modelo social junto a los programas estatales TANF de renta garantizada y los Food Stamps del Supplemental Nutrition Assistance Program (SNAP), orientados a garantizar el acceso a niveles mínimos de alimentación.

En 2013, los fondos TANF supusieron un gasto federal y estatal acumulado de 31.649 millones de dólares. Por su parte, en noviembre de 2014 había 46,3 millones de personas con tarjeta de acceso a los Food Stamps, con un coste para ese año de más 76.000 millones de dólares. El gasto equivalente al realizado en estas partidas en Estados Unidos se situaría en un gasto de unos 13.500 millones de euros en el caso de la población española.

Es verdad que Ciudadanos plantea un programa de lucha contra el paro de larga duración que debería garantizar que la protección efectiva de los trabajadores despedidos sea más elevada que la que reciben en la actualidad. Plantean el modelo austriaco como una de las vías para conseguirlo pero, como hemos señalado, Austria también se caracteriza por un efectivo, y descentralizado, modelo de renta garantizada para proteger a su población.
Es importante que la apuesta por los sistemas de renta garantizada no se plantee como una fantasía de radicales sino como lo que verdaderamente es: una recomendación de las instituciones europeas. De esta forma, la Recomendación de la Comisión de 3 de octubre de 2008 “sobre la inclusión activa de las personas excluidas del mercado laboral” [notificada con el número C(2008) 5737] establece que “La Recomendación 92/441/CEE del Consejo, de 24 de junio de 1992, sobre los criterios comunes relativos a recursos y prestaciones suficientes en los sistemas de protección social, sigue siendo un instrumento de referencia de las políticas comunitarias en lo que respecta a la pobreza y la exclusión social y no ha perdido su pertinencia, aunque es necesario hacer un mayor esfuerzo para poder aplicarla plenamente”.
Con vistas a modernizar los sistemas de protección social, la Recomendación de 2008 señala a continuación que “es preciso combinar un apoyo a la renta adecuado con el vínculo al mercado de trabajo y el acceso a unos servicios de calidad en una estrategia integrada de inclusión activa. Esta estrategia es plenamente complementaria del enfoque de flexiseguridad, si bien está orientada a las personas situadas en los márgenes del mercado de trabajo”.

En virtud de ello, la Comisión recomienda a los Estados miembros que “Conciban y apliquen una estrategia global integrada para la inclusión activa de las personas excluidas del mercado laboral en la que se combinen un apoyo a la renta adecuado, unos mercados de trabajo inclusivos y acceso a unos servicios de calidad”. El apoyo a las políticas activas de empleo no se concibe por tanto como incompatible con las políticas de renta garantizada.

Al referirse al apoyo adecuado a la renta, la norma recomienda que los Estados “Reconozcan el derecho fundamental del individuo a los recursos y la ayuda social suficientes para llevar una vida compatible con la dignidad humana como parte de un dispositivo global y coherente para combatir la exclusión social” y que lo hagan de conformidad con lo previsto en la Recomendación 92/441/CEE del Consejo.


En definitiva, es necesario que los sistemas de renta garantizada no desincentiven al empleo, para lo que es conveniente que existan mecanismos como el CSAG planteado por Ciudadanos, pero es imprescindible que esos sistemas complementarios de renta garantizada existan.

Luis Sanzo

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lunes, 23 de febrero de 2015

Revisamos el proyecto económico de Ciudadanos contra el paro, la pobreza y la desigualdad (1/3)













Presentación del programa económico de Ciudadanos. (EFE)



El pasado 17 de febrero, el partido Ciudadanos presentaba una serie de propuestas encaminadas a “devolver a España su futuro” y hacer frente al paro, la pobreza y la desigualdad. Desde este blog, Rafael Pinilla comentó sus primeras impresiones, hoy Luis Sanzo comienza una serie de tres entradas analizando en detalle las principales propuestas relacionadas con la política de ingresos que propone este partido, desde el complemento al empleo, la discusión sobre el salario mínimo o el contrato único. 

En los aspectos relativos a la política de garantía de ingresos, o de recursos en sentido más amplio, la propuesta sugiere una serie reflexiones que podrían ser de interés para los seguidores de este blog.

Salario digno por un trabajo digno.

En su propuesta contra la desigualdad, la pobreza y la exclusión, Ciudadanos define como su primer, y sin duda principal, objetivo asegurar “que todos los ciudadanos reciben un salario digno por un trabajo digno”.

El instrumento para acercarse a este fin es el llamado complemento salarial anual garantizado (CSAG) concentrado. Su finalidad, asegurar que no se creen desincentivos al trabajo en forma de excesivas pérdidas de ingresos cuando uno trabaja más horas o más miembros del hogar consiguen encontrar trabajo. De esta forma, aquellos hogares en los que las personas principales hayan obtenido rentas salariales y/o ingresos del trabajo por cuenta propia, sin llegar a alcanzar una cuantía mínima anual, tendrán derecho al complemento. La referencia para esta actuación son los modelos anglosajones de bonificación al empleo, en particular el EITC estadounidense o el sistema británico de créditos fiscales a población trabajadora con bajos salarios.

La propuesta de Ciudadanos enlaza sin duda con una de las líneas de actuación para la garantía de ingresos que se han adelantado en este blog, centrada en la necesidad de vincular las políticas de renta garantizada con un sistema de bonificación al empleo. Antes de entrar a valorar esta cuestión, hay una cuestión previa que plantea problemas en el planteamiento de Ciudadanos y es el papel que se perfila para la CSAG como alternativa a “la subida en el salario mínimo, que expulsa del empleo a los trabajadores peor pagados”.

La realidad es que la propuesta de un sistema de créditos fiscales para la bonificación al empleo no es incompatible ni con la introducción de un salario mínimo ni con la mejora del mismo. Uno de los problemas a resolver en el diseño de este tipo de sistemas consiste precisamente en prevenir los abusos que podrían derivarse de una reducción salarial por parte de un empresariado que supiera que los bajos salarios serán compensados por el Estado y que no tuviera que atenerse, en la contratación, a un salario mínimo.

De ahí, precisamente, la necesidad de un salario base que recoja las condiciones mínimas en las que se debe remunerar el trabajo asalariado, de acuerdo con la evolución de los precios, la productividad media alcanzada, la coyuntura económica general y la participación del trabajo en la renta nacional, tal y como se establece en el artículo 27.1 del Estatuto de los Trabajadores. Tanto si existen o no sistemas de bonificación como el CSAG, las organizaciones sindicales tienen la obligación de contribuir a garantizar un nivel salarial mínimo aceptable para el trabajo.

Centrándonos en el nivel del salario base español, resulta evidente que el salario mínimo en España sí puede y debe ser objeto de subida sin que ello tenga que venir asociado a consecuencias negativas sobre el empleo. Lo contrario sería dejar en manos del empresariado un exceso de poder para fijar las retribuciones mínimas en la empresa, en especial al amparo de un sistema tipo CSAG.

El Real Decreto 1106/2014 que fija el salario mínimo para 2015 en España establece este salario en términos diarios o mensuales con lo que no es fácil traducirlo en términos de salario/hora como suele ser habitual en otros países. En España, de hecho, la regulación de la jornada se vincula no sólo a una ley general sino a la negociación entre las partes sociales. Una referencia sin embargo al valor horario al que hace referencia nuestro salario mínimo puede encontrarse en el artículo 4.2 donde se sitúa en 5,08 euros/hora el salario mínimo de los empleados de hogar.

En términos comparados, se constata que esa cuantía se aleja con claridad de las establecidas en otros contextos cercanos, en especial en los países europeos más cercanos y comparables. Así, limitándonos a países en los que existe algún tipo de sistema de bonificación al empleo similar al que propone Ciudadanos, podemos comprobar que la cuantía del ingreso mínimo se sitúa en la actualidad en 8,50 euros/hora en Alemania o en 9,61 euros/hora en Francia.

La cuantía del salario mínimo también es superior a la establecida en España en los países anglosajones en los que se inspira más claramente el modelo CSAG de Ciudadanos. Así, en el Reino Unido, el salario mínimo es de 6,50 libras/hora (8,79 euros) para los mayores de 21 años.
En EE.UU., por su parte, existe un salario mínimo federal de 7,25$/hora (6,37 euros/hora) que se combina con sistemas de salarios mínimos estatales, algunos de los cuales pueden plantear distintas cuantías según la ciudad (de 9,60$ en Richmond a 12,25$ a Oakland en California, por ejemplo). En algunos Estados, el salario mínimo estatal es superior al federal, siendo entonces aplicable el primero.

Es cierto que en algunos países algunas limitadas categorías de empleados están exentas del sistema de salario mínimo y otros están remunerados a un nivel más bajo. Así ocurre, en Estados Unidos, en este último caso, con las personas trabajadoras menores de 20 años o que trabajan en base al sistema de propinas (tips). La justificación es que esta aproximación ayuda a prevenir la caída del empleo para este tipo de población trabajadora.

Es posible por tanto acordar que, en ciertas circunstancias especiales, pudiera justificarse un tratamiento igualmente especial en términos del salario mínimo. En lo relativo al colectivo asalariado, tal tratamiento debe presuponer sin embargo ese carácter especial y ser pactado con las partes, tanto en el ámbito social como en el político. En caso de que, en determinadas ramas de actividad o profesiones, no pudieran garantizarse determinados niveles salariales, la solución no debería pasar por una salida estructural del sistema de salario mínimo más que en circunstancias muy especiales (así ocurre incluso en EE.UU). La vía para la solución de estas disfunciones debería pasar, más bien, por mecanismos de reparto de los riesgos entre empresarios y trabajadores que se tradujeran en algún tipo de compensación vía participación en los beneficios potenciales para este tipo de población trabajadora.


En cualquier caso, la necesidad de apoyar el empleo en ciertas categorías especiales mal remuneradas no implica renunciar al principio de contar con un salario mínimo de nivel aceptable, creciente en función del aumento de la productividad y de la riqueza de un país.

viernes, 20 de febrero de 2015

¿Por qué queremos garantizar una renta básica universal?

¿Por qué defendemos una idea que parece evidentemente una locura?

Explica el movimiento de los planetas y el sol alrededor  de la Tierra






La primera vez que alguien oye hablar de la renta básica universal, o sea de que "el Estado garantice a todos los ciudadanos una renta básica que le permita sobrevivir, por el mero hecho de serlo y de forma incondicional" lo más probable es que piense que quienes defendemos algo así debemos ser tontos, tener una cara muy dura o estar como una cabra. Pero el caso es que muchas personas notables por su inteligencia, honestidad intelectual y logros personales a nivel académico y económico defienden la idea de la renta básica o alguna similar como el impuesto negativo sobre la renta... ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo es posible que personas inteligentes, con grandes logros personales, algunos ganadores del premio Nobel de economía, otros emprendedores que han conseguido amasar grandes fortunas, defiendan esta locura?

No es la primera vez en la historia que algunas personas inteligentes defienden ideas que miradas con el sentido común de la época parecen una locura y que la mayoría de las personas inteligentes también considran una locura. Por ejemplo, hace sólo unos cientos de años algunos hombres aparentemente inteligentes se empeñaron en defender la idea de que la tierra gira alrededor del sol cuando era perfectamente evidente para casi todo el mundo que es el sol el que gira alrededor de la Tierra, incluso para el Papa de Roma cuya inteligencia está fuera de duda y además es infalible en sus opiniones ¿O no es así?

A veces es importante mirar las cosas desde otro punto de vista


Obsérvese en primer lugar que quienes se oponen a la Renta Básica argumentan fundamentalmente que supondría demasiado dinero y no se podría pagar. La gente ya yo querría trabajar y para financiarla requeriría subir tanto los impuestos como para pagarla crearía tal distorsión que sería insostenible. Hay muchas más objeciones prácticas que se pueden esgrimir, pero ya casi nadie se atreva a decir que considera que la gente no tenga derecho a la vida, a la igualdad de oportunidades y a la libertad. En realidad, algunos de los que se oponen al derecho a la renta básica sí se oponen a la libertad (de los otros, no de la suya), se oponen a la igualdad de oportunidades (porque opupan posciones de privilegio) y consideran que la vida humana no tiene valor si no produce valor. Pero lógicamente no son tan idiotas de decir que piensan esto. Saben que no pueden argumentar que esté bien una sociedad como esta en la que vivimos, en la que un 1% de la población posee tanta riqueza como el 70% que menos tiene, donde las personas y familias mejor posicionadas no necesitan realizar ningún esfuerzo para vivir y mantenerse en una situación de privilegio mientras millones de personas no consiguen lo mínimo para una vida digna por mucho que se esfuercen, con millones de personas en desempleo porque no hay empleos para todos y muchos de los que tienen empleo no alcanzan a ingresar suficiente para cubrir sus necesidades básicas... Y esto es lo que pasa en España, un país que comparado con la mayoría de los países del mundo está muy bien. Comparativamente tenemos mucha suerte de vivir en España. Entonces quizá debamos de alegrarnos y conformarnos con lo que tenemos, como en el chiste ¡virgencita, virgencita que me quede como estoy! ¡No se nos ocurra hacer una reforma arriesgada que las turbulencias de los mercados financieros nos podrían echar del club de la Comunidad Europea o del Euro!

Los que defendemos la Renta Básica de Ciudadanía, como un derecho universal que una comunidad política reconoce a todos sus miembros, no somos tontos, ni estamos locos. Y por supuesto no estamos proponiendo que la Renta Básica se deba garantizar mañana, de un día para otro con una reforma fiscal brutal que perjudique la economía del país. Todos los defensores de la renta básica que yo conozco sabemos y aceptamos que "nada es gratis" y que "no se puede repartir una riqueza que no se crea ni se mantiene". Pero también creemos que la economía debe estar al servicio de la humanidad y no al revés. Nuestro punto de vista es que la economía, el dinero, el trabajo, son medios al servicio de los ciudadanos y por ello defendemos la idea de la renta básica. Quienes se oponen a la renta básica creen que los seres humanos sólo tienen derechos si tienen la capacidad de trabajar de forma productiva, o si son ricos. Porque curiosamente a quienes se oponen a la renta básica porque entonces la gente no trabajaría sí les parece bien que los ricos no trabajen, que no produzcannada si no quieren y que consuman o destruyan sin ningún control efectivo una parte desproporcionadamente alta de los recursos del planeta tierra.

Los que defendemos la Renta Básica de Ciudadanía lo hacemos porque creemos en los derechos humanos. Creemos que los derechos humanos son valiosos y vale la pena pelear por ellos. Y, por supuesto, defender los derechos humanos no es gratis. Que se los digan a todos los que han muerto luchando contra la Alemania de Hitler, o la Rusia de Stalin, o la España de Franco, o la Cuba de los Castro... Los que defendemos la renta básica creemos que la democracia es mejor forma de gobierno que la tiranía, pero que una democracia está en riesgo de convertirse en tiranía cuando la desigualdad es demasiado grande. Porque entonces unos pocos pueden capturar bajo su control a las élites políticas corrompiéndolas para hacer leyes sesgadas que protegen sus privilegios. La causa de que en España tengamos el mayor nivel de desigualdad, de desempleo y de pobreza de toda Europa no es la crísis económica, ni que los españoles seamos vagos y nos guste la fiesta, ni de que la gente haya vivido aquí por encima de sus posibilidades. La causa es que el sistema político español ha decidido que así fuese en multitud de pequeñas decisiones. Por supuesto, es determinante que no tengamos un sistema de garantía de rentas digno de tal nombreen el conjunto del Estado (sí existe en el país Vasco Y Navarra).

Desde nuestro punto de vista lo que hay que preguntar no es si la renta básica universal es posible sino ¿Qué precio estamos dispuestos a pagar para garantizar la libertad de los ciudadanos, igualdad de oportunidades y mejorar la eficiencia de nuestro sistema de mercado? ¿Cuál es la forma más eficaz de conseguir estos objetivos y mantenerlos en el largo plazo? Y cuando se hace esta pregunta la respuesta no puede ser "la renta básica es imposible". La respuesta podría ser "en vez de la renta básica deberíamos hacer esto otro". Es decir, ¿Estamos de acuerdo en que queremos tener un sistema de libertades y derechos humanos fuerte y una economía próspera que lo sostenga? Entonces de lo que se trata es de hablar sobre alternativas, no derechazar una alternativa concreta para quedarnos como estamos. Porque lo que tenemos está muy mal, para la inmensa mayoría. Y durante las últimas décadas vemos más retrocesos que avances por lo que se refiere a los derechos y libertades humanas. La riqueza ha aumentado, pero los derechos han disminuído. La riqueza a aumentado, pero la mayoría nos hemos empobrecido. Pues algo no está funcionando como debería. Lo que es cierto es que seguramente en último término la culpa la tenemos los ciudadanos, porque miemtras tengamos la capacidad de votar somos quienes hemos puesto a los gobernantes o los hemos mantenido. Quizá el problema es que nos hemos desentendido, les hemos delegado demasiado poder y les hemos dejado hacer... pero es que estábamos tan ocupados tratando de encontrar empleo o de preservarlo...

¿Por qué caminar hacia la renta básica universal y no hacia otro objetivo?


¿Por qué no conformarnos con el pleno empleo? La verdad es que la mayor parte de quienes se oponen a la renta básica de forma inteligente y bienintencionada comparten con nosotros los mismos objetivos. Todos queremos una sociedad democrática y una economía próspera. Y todos compartimos la preocupación por el exceso de desigualdad y el aumento de la pobreza. La mayor parte de quienes se oponen a la renta básica compartiendo estos objetivos creen que es preferible que la gente trabaje para ganarse la vida y que si se pudiera vivir sin trabajar mucha gente podria no trabajar o trabajar menos, y si mucha gente decidiese no trabajar o trabajar menos no podríamos sostener nuestro sistema económico... Y esto parece tan evidente como que la tierra es plana, está fija en el centro del universo y el sol gira alrededor de la tierra. Y sin embargo, la Tierra se mueve. Los que defendemos el derecho a la renta básica universal, lo hacemos como un medio de garantizar los derechos humanos y lo hacemos porque creemos que no es posible garantizar el derecho al trabajo y en cambio sí es posible garantizar el derecho a una renta.

¿Por qué creemos que es preferible garantizar el derecho a la renta en vez de garantizar el derecho al trabajo? Lo explicaré en un próximo artículo.

Rafael Pinilla

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¿Por qué es preferible garantizar el derecho a la renta en vez de garantizar el derecho al trabajo? (I)


jueves, 19 de febrero de 2015

Invitación a colaborar en el blog

Hoy se cumplen tres meses desde que abrimos este blog, aunque realmente empezamos a dotarlo de contenido a partir de enero de este año. Poco más de mes y medio publicando entradas, en los que han intervenido dos autores con reconocida trayectoria.

Por un lado, Rafael Pinilla Pallejá, uno de los pioneros en Renta Básica en España, que ya hizo un modelo de implementación de un sistema de Renta Básica en España en el año 2004, y que gracias al impulso de este blog ha vuelto a publicar sus investigaciones acerca de modelos de renta básica y planteado cuestiones esenciales para su implementación. Ha expuesto en este blog su propuesta de "Renta Básica para la Ciudadanía"  y realizado una serie sobre la viabilidad política de la Renta Básica entre otras entradas interesantes y de actualidad como comentar la entrevista realizada a Julio Ramsés, jefe de inspectores de Hacienda y su propuesta de incluir el Impuesto Negativo sobre la Renta, la realizada por José Antonio Noguera de su artículo "el camino transitable a la Renta Básica" o las propuestas recién presentadas por Ciudadanos.

Por otro lado Luis Sanzo, quién ha colaborado activamente en el blog, exponiendo interesantes análisis a partir de la experiencia de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) que él mismo impulso en el País Vasco y planteamientos que van más allá de ese modelo con su serie de entradas sobre el coste de las políticas de garantías de ingresos.

La  motivaciòn de este blog es generar propuestas que puedan ser incluidas en los programas políticos de los partidos. Propuestas que deben ser realistas, rigurosas en su análisis y factibles en su implementación y que sobre todo contribuyan a dignificar las condiciones de vida de la población más desfavorecida (recordemos que recientes estudios cifran en un 27% la población española en riesgo de exclusión) y por otro lado que sean medidas que tengan efectos positivos sobre la economía española.  En un año con elecciones autonómicas y a la vuelta de la esquina de unas elecciones generales creemos que es responsabilidad de toda la sociedad generar un debate público y una presión social para que las cuestiones más relevantes que afectan a nuestras vidas sean objeto de análisis y sean incluidas en los programas electorales de los diferentes partidos, Nosotros creemos que la Renta Básica o sus diferentes aproximaciones más o menos modestas merecen esa atención.

En este momento, creemos que ha llegado el momento de invitar a nuestros lectores a colaborar en este debate, aportando nuevos análisis, comentando artículos que aparecen en otros medios o planteando otras opciones, en resumen, enriqueciendo este debate. Para ello, os invitamos a escribirnos a larentabasicaquepodemos@gmail.com o contactarnos vía Twitter @RBPodemos o Facebook www.facebook.com/larentabasicaquepodemos

Saludos y gracias por seguirnos y difundir!

Alberto Gavín


miércoles, 18 de febrero de 2015

Primeras impresiones sobre el programa económico de Ciudadanos

Luis Garicano presenta el programa económico de Ciudadanos


Tal como se había anunciado Luis Garicano adelantó ayer las lineas generales del programa económico de Ciudadanos en compañía del también economista Manuel Conthe y del presidente de ciudadanos Albert Ribera. Por lo que respecta a la temática de este blog las preguntas clave son:

1. ¿Contempla el problema de la pobreza la desigualdad y el desempleo como una de las prioridades de la política económica?

2. ¿Propone políticas de garantía de rentas que pueden ser eficaces y además política y económicamente viables?

Sobre la prioridad asignada


Esta es la cita textual de su programa: "Primer Objetivo. Priorizaremos la lucha contra la desigualdad, la pobreza y la exclusión y aseguraremos que todos los ciudadanos reciben un salario digno por un trabajo digno". 

Decíamos ayer al hablar sobre propuestas electorales que lo mínimo que se podía exigir a un partido político en el contexto de España en 2015 es que fuese claro estableciendo la pobreza, la desigualdad y el desempleo como una de las prioridades fundamentales. Ciudadanos no deja lugar a dudas en este sentido y se alinea con el sentir de la mayoría de la población. También comentábamos que la forma de comprometer el grado de prioridad es establecer un compromiso presupuestario y esto no aparece por el momento. Sí que aparecen algunas políticas específicas que sin ser novedades en el terreno internacional sí lo serían de aplicarse en España. Pasaremos a comentarlas en el siguiente apartado. 

En cualquier caso, es evidente que el programa económico que se ha presentado está ofreciendo medidas para poner en práctica a escala de todo el Estado. Quizá porque Ciudadanos no se ve a tiempo de competir por el Gobierno de una CCAA y sí como una fuerza que podría ser decisiva en la conformación del próximo Gobierno de España. 

Políticas de Garantía de Rentas que propone Ciudadanos


Resulta llamativo que Ciudadanos habla en su objetivo de pobreza, desigualdad y exclusión, pero a la hora de establecer políticas de renta las medidas que propone consisten básicamente en mejoras para los trabajadores pobres y para favorecer que los desempleados logren empleo. Se habla de los países del norte de Europa como referentes, en concreto de Dinamarca. Pero no se hace ninguna mención a que Dinamarca posee el sistema de protección social universalista más sólido de Europa que incluye sistemas de garantías de rentas que cubren prácticamente a la totalidad de la población, tanto si trabajan como si no. En cualquier caso, Ciudadanos tiene el gran mérito de hablar con claridad a favor de introducir algunas medidas que sin duda mejorarían las condiciones de vida de muchas personas y ayudarían también a impulsar la economía. Ninguno de los partidos tradicionales en España ha hecho esto hasta ahora, ni desde el Gobierno ni desde la oposición. Vamos a resaltar algunas de las propuestas que me parecen más significativas: 

1. Proponen simplificar el sistema de contratación laboral introduciendo un tipo de contrato único llamado a ir sustituyendo todos los demás. Se eliminaría la contratación temporal sustituyéndola por el nuevo contrato indefinido que tendría una indemnización por despido pequeña, pero creciente con la antigüedad. Adicionalmente plantean un seguro de despido que los trabajadores podrían utilizar como un capital para reciclarse o en el momento de la jubilación. Expresado de este modo genérico suena bien, aunque en la práctica los efectos dependerían mucho de los detalles. 

2. Introducir un Complemento Salarial Anual Garantizado. Se trata de complementar los salarios bajos (parece ser que también los ingresos de los autónomos) por medio de una bonificación al empleo en el IRPF que funcionaría como un impuesto negativo sobre la renta. Más específicamente hablan de un tramo de complemento creciente, un tramo fijo y un tramo de salida. Hacen referencia a los modelos Americano (Earned Income Tax Credit) y británico, que con cuantías más reducidas se han ido extendiendo por otros países europeos. En este Blog hemos hablado de la necesidad de contar con un sistema de este tipo como uno de los elementos fundamentales de un sistema de garantía de rentas. Los efectos en la práctica dependerán mucho del entorno, como luego comentaremos. 

3. Un programa contra el paro de larga duración. Se trata de promover la formación profesional en los parados de larga duración "poniendo dinero en manos de los trabajadores" para que ellos elijan la formación. No especifican si van a proporcionar algún tipo de rentas mínima para estos trabajadores que por su condición habrán terminado el derecho a la prestación de desempleo. Sí hablan de bonificar a las empresas que los contraten y de establecer un servicio de orientación individualizado que tal como se describe parece seguir el modelo de Dinamarca. Lo que no parece que se haya tenido en cuenta es la cantidad de parados de larga duración que tenemos aquí, las dificultades de reciclaje de estos trabajadores ni el coste de un servicio de orientación profesional de estilo danés. 

4. Asegurar una segunda oportunidad a todos los españoles. Esto es una buena idea. Se trata de facilitar la cancelación de las deudas personales promoviendo una valoración más justa de los bienes embargables y conceder a los ciudadanos de buena fe la posibilidad de llegar a un acuerdo con los acreedores que les libere de sus deudas o al menos parte de ellas. La propuesta la formulan de forma muy prudente, quizá para no irritar a quienes se encuentran en posición acreedora. La idea es buena, pero un exceso de prudencia podría esterilizar sus efectos en la práctica. 

5. Luchar por una política Europea Activa de lucha contra el desempleo. Esta propuesta viene a reconocer las importantes limitaciones de política económica en que se encuentra un país como España, cautivo dentro de la zona Euro. Pero lo que proponen, que la Europa del Norte contribuya financiando las políticas activas de empleo, a cambio de que España realice "reformas estructurales necesarias" no es algo que vaya a depender del Gobierno de España salvo que se estuviese dispuesto a lanzar y mantener un órdago a Alemania y el BCE al estilo de lo que está haciendo Grecia. 

Comentarios


En primer lugar, felicidades a Ciudadanos por lanzar un programa económico "sensato". Han elegido un buen adjetivo calificativo. Tanto las líneas generales como las medidas específicas de mejora de la situación de los trabajadores pobres son medidas probadas en Europa y EEUU con cierta capacidad de corrección de algunos de los problemas más graves de la distribución de la renta en España. Nada que no hubieran podido poner en práctica los partidos que vienen gobernando España en los últimos 30 años y no cabe duda de que si lo hubieran hecho España estaría mejor y hubiéramos soportado mejor la crisis. Al parecer es necesario que lleguen nuevas fuerzas políticas para que se pongan sobre la mesa propuestas de sentido común que están plenamente homologadas en Europa. Lo que alguien deberá explicar es por qué no se hicieron este tipo de reformas hace 15 o 10 años. 

La propuesta de simplificación de la contratación laboral tiene mucho sentido, aunque las resistencias al cambio pueden ser enormes. A nuestro modo de ver las ventajas de este tipo de reforma para las empresas y los desempleados están claras, pero no así para los trabajadores con empleo. En la propuesta se cuidan por ello de hablar de este contrato como algo a aplicar a las "nuevas contrataciones". 

Quizá la reforma con mayor interés es la de la introducción del complemento salarial como medio de bonificación al empleo. Nos parece que este es un elemento esencial de una política de garantía de rentas, porque es importante para conservar el sistema de incentivos que "el empleo pague". Pero no es correcto presentar esta medida como una "alternativa a la renta garantizada" sino como un complemento. Es verdad que ofrecer una "renta mínima garantizada" condicionada a no tener trabajo ni rentas (tipo renta mínima de inserción) puede desincentivar el trabajo remunerado. Es por ello que es necesario introducir un sistema de bonificación al empleo junto con la renta mínima garantizada para que el hecho de trabajar suponga siempre una mejora significativa de renta. Pero plantearlo como alternativa y demonizar la renta mínima garantizada significa que el único modo de acceder a rentas pasaría necesariamente por conseguir un empleo. El complemento de salarios que se cobra a través de la empresa se convertiría entonces más en una subvención para las empresas a las que el Estado pagaría parte del salario de los trabajadores, sin que los trabajadores tuvieran una mejora de su renta ni una garantía de renta alternativa que les permitiese negociar. De hecho, esto es lo que sucede en EEUU donde el EITC no ha servido para erradicar el problema de los trabajadores pobres a pesar de que hay estados en los que el 50% de la remuneración del trabajador puede ser la subvención estatal. Para que el complemento salarial garantizado mejore el nivel de renta de los trabajadores pobres es necesario acompañarlo de un derecho a una renta mínima garantizada que permita a los trabajadores sobrevivir sin empleo y negociar desde esa posición un complemento salarial justo por su trabajo. Con todo, entendemos que la introducción de un modelo tipo EITC supondría una mejora con respecto a la situación actual y ayudaría a dinamizar la actividad productiva y el crecimiento económico. 

En cuanto a la propuesta de formación para parados de larga duración. Debería acompañarse también de la garantía de una renta mínima y para que fuese efectiva en la incorporación de personas al empleo la formación debería proponerse como un derecho de los parados que quieren trabajar, no como una obligación que la sociedad impone a las personas para mantenerlas ocupadas con la ficción de que los están formando para el empleo. Porque no nos engañemos, una persona de más de 50 años que lleva 2 o más años en paro, que trabajaba en la construcción, que ha perdido la motivación y sus esquemas de relación social es difícil que compita en el mercado de trabajo actual con jóvenes de 25 o 30 años incluso aunque tuviera alguna oportunidad de volver a entrar en el sector de la construcción. Esta propuesta parece alejada del conocimiento de la dura realidad española. 

Como comentario final, me gustaría felicitar a Ciudadanos porque ha presentado un programa claro, que responde a los problemas que tiene el país y que ofrece soluciones valientes. En mi opinión establece un buen nivel de partida para el debate y esto es muy bueno. En los meses que faltan para las elecciones habrá ocasión de contrastar estas y otras propuestas con la opinión de expertos y ciudadanos lo que sin duda ayudará a la hora de implementar cambios reales, gobierne quien gobierne. Quizá lo que más me ha gustado es la declaración inicial en la que afirman que estas propuestas no son un punto final sino un punto de partida y que "Nos comprometemos a instaurar un riguroso programa de evaluación continua de todas las políticas, de forma que aquellas que no funcionen como deseamos sean rediseñadas o eliminadas". ¿Será posible que veamos algo así en España, el país donde la inmensa mayoría de políticos y periodistas continúan negándose sistemáticamente a aceptar la evidencia?

Rafael Pinilla

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martes, 17 de febrero de 2015

¿Qué propuestas de garantía de rentas incluir en el programa electoral de una CCAA cualquiera?

¿Qué propuestas de garantía de rentas incluir en el programa electoral de una CCAA?

Reflexión previa ¿Sirve de algo un programa electoral?


Existe una extendida creencia de que los programas electorales no sirven de mucho porque luego no se cumplen y tampoco pasa nada. Esta creencia está alimentada por la frecuencia con la que partidos políticos que han ganado las elecciones incumplen sus promesas, ya sea porque no las llevan a cabo o porque hacen incluso lo contrario de lo que dijeron.

Es verdad que los programas suelen incluir demasiadas promesas de modo que tanto políticos como electores sabemos que es imposible que se vayan a cumplir. Un programa de este tipo ya es un mal principio porque en ese caso el político podrá decidir con bastante libertad qué es lo que cumple y lo que no. Otra estrategia típica es elaborar un programa lleno de vaguedades en las que se está a favor de mejorar todo lo que alguien puede desear mejorar pero sin concretar cómo ni marcar prioridades. Con este tipo de programa los políticos tratan también de conseguir el máximo de votos cuidando de provocar el menor rechazo posible. Cuando este tipo de programas se convierten en la norma podemos concluir que los programas políticos demasiado extensos o demasiado vagos no sirven para mucho y se conviernten en documentos a los que nadie presta mucha atención. Pero no necesariamente debe ser así.

Es perfectamente posible elaborar programas que incluyan propuestas concretas que no sean una quimera, que se pueden realizar en un plazo de tiempo razonable con los recursos disponibles por la sociedad. Pero en estos programas no cabe todo. Lo que se puede hacer en un plazo de 4 años con recursos que siempre son limitados no pueden ser demasiadas cosas. Lo que queremos saber de un partido o coalición que se presenta bajo un mismo programa de acción es cuáles son sus propuestas estrella, a qué aspectos van a dedicar mayor energía y dedicación, y qué van a a hacer de nuevo o diferente que les vaya a tener éxito donde otros han fracasado, o a mejorar los resultados que otros han logrado. ¿Se puede hacer esto en política de rentas? ¿Qué acciones concretas cabría incluir sobre política de rentas en un programa electoral para que los electores entendamos que vale la pena apostar por esa opción? Más en concreto, ¿Qué propuestas de este tipo se podrían incluir en el programa de un partido que concurre a las elecciones autonómicas?

¿Que propuestas nos gustaría ver en los programas electorales sobre política de rentas?

 

Lo mínimo que esperaríamos ver: 

 

1. Que la pobreza, la desigualdad y el desempleo se consideran problemas prioritarios a los que es necesario dedicar más recursos y energía para resolverlos. Queremos saber qué hará su gobierno para reducir la pobreza y la desigualdad, y qué hará para reducir el desempleo.

2. Compromiso de mejora de la gestión e incremento presupuestario en política de rentas. Esta es la forma en que se expresa una prioridad política en la forma de compromiso de recursos. Si alguien dice que su prioridad es la lucha contra la pobreza y luego no incrementa significativamente los recursos que se dedican a combatir o paliar la pobreza, sencillamente miente.

3. Algunas ideas originales para mejorar los resultados en política de rentas. Parece evidente que estos problemas no se van a resolver haciendo lo mismo que se viene haciendo durante décadas. O proponiendo acciones que ya fracasaron una y otra vez. Queremos planteamientos innovadores que nos permitan tener esperanza. Al menos intentémoslo.

Algunas ideas que se podrían poner en práctica a escala de una Comunidad Autónoma en España en 2015

 

En primer lugar matizaremos el modo en que conviene incluir los dos primeros puntos  comentados anteriormente. Decir solo que la lucha contra la pobreza y el desempleo es una prioridad es una declaración política gratuita. Hay que concretar un poco más. A buen seguro muchos van a defender la idea de que "la mejor forma de luchar contra la pobreza es crear empleo". Sería estupendo si fuera cierto, pero la realidad en España es que hay cada vez más "empleados pobres", es decir, personas que trabajan, pero no consiguen ganar lo suficiente porque su empleo está mal remunerado o trabajan muy pocas horas. Cuidado, no basta con crear empleo para reducir la pobreza y la desigualdad.

El compromiso en mejorar el presupuesto para luchar contra la pobreza ha de cuantificarse. No basta dejarlo en términos indefinidos. Tampoco hace falta decir la cantidad en euros. Bastaría con indicar el incremento de porcentaje de los presupuestos públicos que se va a dedicar a planes de lucha contra la pobreza, emergencia social, programas de creación de empleo y prevención de la exclusión... España se encuentra a la cola de Europa en recursos dedicados a luchar contra la pobreza y la exclusión. Con toda seguridad es necesario incrementar los recursos dedicados a estos programas. Por tanto, ¿En qué medida va a incrementar el presupuesto para la garantía de rentas? Queremos ver un compromiso claro. Y por supuesto querremos también que el gasto actual se gestione mejor y logre mejores resultados, pero no basta con mejorar la gestión de los recursos existentes cuando son en muchas CCAA una décima parte de lo que deberían emplear. Ciertamente no se puede lograr en un año, se necesita un plan y condicionarlo a la capacidad financiera. ¡Pero se necesita un compromiso y un plan de incremento bien definido!

Dicho esto, la realidad es que las CCAA tienen en España competencias de servicios sociales para poner en marcha políticas de garantía de rentas y prácticamente todas ellas tienen un programa de garantía de rentas. Pero la mayoría no tienen capacidad para incrementar por sí mismas los presupuestos necesarios si no reciben mayores transferencias del Estado o una mayor autonomía financiera. Por este motivo, la capacidad real de incrementar los presupuestos va a estar muy condicionada a la política estatal. Sin embargo, esto no significa que las CCAA no puedan hacer mucho más de lo que actualmente están haciendo. Las CCAA sí tienen capacidad para tomar muchas iniciativas que mejorarían la gestión del actual sistema y lo prepararían para ser más efectivas y eficientes cuando logren incrementar los presupuestos con ayuda del Estado. Se nos ocurre que podrían hacer al menos algunas de estas cosas:

1. Mejorar el sistema de información y seguimiento de la pobreza. Quizá el modo más rápido y eficiente de hacerlo sería crear un Registro Público de Solicitantes de la Renta Mínima de Inserción (tienen nombres diferentes en cada CCAA) en Internet. De modo que cualquier persona pudiera enviar la solicitud por sí mismo o con ayuda de un trabajador social de un Ayuntamiento o de una ONG. En el formulario de petición los solicitantes pueden proporcionar mucha información útil para conocer mejor el problema en la Comunidad y dirigir mejor los recursos a los más necesitados. Se podría incentivar fácilmenta a los solicitantes para que informasen regularmente sobre su situación y lo hiciesen de forma veraz.

2. Elaborar y publicar una estadística sobre el problema de la pobreza. Procesar la información y hacerla pública es necesario para incrementar la conciencia social sobre el problema, sobre lo que el Gobierno está haciendo, sobre la efectividad de las distintas soluciones... Y esta conciencia social es necesaria para legitimar políticamente el presupuesto que se dedica a resolver estos problemas.

3. Crear fuentes de financiación específicas para los programas de lucha contra la pobreza y en particular para resolver problemas que por su gravedad o urgencia se consdieran una emergencia social. En España hemos llegado en estos últimos años a algunos casos de extrema injusticia con situyaciones muy graves en que personas que cometieron la imprudencia de avalar a sus hijos para comprar una casa han acavado perdiendo la suya propia y viéndose en la calle a una edad en la que ya no es posible buscar empleo siquiera. Quizá no sean casos muy numerosos, pero con mayor razón es necesario actuar y no se puede esperar a que el Estado envíe más fondos. De hecho, en muchos de estos casos la ciudadanía se ha organizado para resolver de un modo a otro algunos de los casos que han llamado la atención. Con toda seguridad el Gobierno de una Comunidad Autónoma, incluso aunque no disponga de presupuestos, pueden actuar como catalizador para movilizar la generosidad social de forma más organizada y también más efectiva. El Gobierno de la Comunidad tiene poder para dar a conocer casos a resolver y promover toda una serie de formas de recaudación de fondos o movilización de otros recursos. Por ejemplo: puede crear una lotería social, puede promover que empresas importantes como bancos, empresas de distribución de enetgía o de telecoomunicaciónes se impliquen desde sus programas de responsabilidad social corporativa para contribuir en dinero o en especie a resolver los casos de emergencia social.

4. Dar alas al tercer sector.  En los debates políticos todavía existe una tendencia muy fuerte a polarizar las soluciones en un contexto un poco antiguo de izquierda-derecha en el que parece que la izquierda apuesta por soluciones de tipo público-estatal que han de financiarse por impuestos mientras la derecha apuesta por soluciones de tipo privado-mercado que funcionarán mejor si se bajan los impuestos. Esto es un debate viejo e inútil. El mercado funciona muy bien para algunas cosas y en muchos casos en los que no funciona del todo bien se puede mejorar con alguna regulaciones sencillas. En otros casos la intervención del Estado o de la Adminsitración ha demostrado ser más eficiente. Muchos de los debates publico-privado son falsos porque lo importante no es tanto la titularidad de un recurso (un hospital, por ejemplo) como la transparencia con la que se gestione y que exista una competencia real. Pero además, solemos olvidar al tercer sector. El tercer sector reúne a todas aquellas entidades que son privadas pero cuya finalidad princial no es el afán de lucro. Incluye a ONGs, Fundaciones Asociaciones, cooperativas e incluso empresas que formalmente pueden ser una SL o una SA pero en la práctica pueden estar priorizando otros valores como la inserción social. Para la lucha efectiva contra la pobreza y la desigualdad es esencial facilitar el trabajo del tercer sector. Porque las entidades del tercer sector pueden llevar a cabo mejor, de forma más transparente, más económica y más rápida programas de empleo y de integración social que desde la "izquierda" se ha considerado tradicionalmente que deberían hacerse desde la Administración. La iniciativa privada no es necesariamente con fines de lucro.

Rafael Pinilla

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