viernes, 6 de febrero de 2015

El coste de las políticas de garantía de ingresos. Una aproximación a las distintas alternativas (I)


Este artículo es el primero de una serie en el que se abordará, de forma breve y esquemática, el coste de distintas medidas alternativas para hacer efectiva una política de garantía de ingresos en España. Las estimaciones se basan en la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, considerando datos de 2011 (con renta estimada para 2010). Se toma este año como posible referencia de la situación que resultaría previsible esperar en los próximos años, conforme se vaya recuperando parte del empleo perdido en el periodo posterior a la segunda reforma laboral.

En esta primera entrega se estima el coste económico de la aplicación de un modelo de garantía de ingresos similar al del País Vasco, incluyendo por tanto un sistema de bonificación al empleo. Los presupuestos básicos consistirían en garantizar unos ingresos mínimos equivalentes de 600 euros por persona, aportando una bonificación al empleo de entre 300 y 400 euros suplementarios en caso de una presencia mínima en el sistema productivo (con unos ingresos por actividad iguales o superiores a 350 euros).

En comparación con el actual modelo vasco, se trata de una propuesta con cuantías garantizadas algo más bajas, en especial en lo relativo a la población pensionista. Sin embargo, en sentido contrario, se eliminarían los topes de ingresos garantizados para unidades de 3 o más miembros.


Las cuantías garantizadas en el modelo serían las siguientes:
Ingresos mínimos garantizados (euros mensuales)
Tamaño de la unidad
de convivencia
Sin ingresos
por actividad
económica
Con ingresos
por actividad
económica
Una persona
   600
   900
Dos personas
   810
1.134
Tres personas
   930
1.256
Cuatro personas
1.050
1.391
Cinco personas
1.170
1.521
Seis o más personas
1.290
1.677

El coste efectivo de aplicación de este modelo sería de 15.295 millones de euros, lo que supondría un 1,45% del PIB. Se trata por tanto de una cuantía significativa, prácticamente equivalente al doble de lo que representa el coste del actual modelo vigente en el País Vasco.



Llama la atención que prácticamente un 60% del gasto suplementario que implicaría la introducción de este modelo, un 59,2% en concreto, se concentraría en exclusiva en cuatro comunidades autónomas: Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid. La proporción llegaría al 71,7% al incluir a Canarias y Castilla-La Mancha.

En cambio, la participación en el gasto suplementario requerido para aplicar el modelo sólo significaría un 15% del total en las comunidades del noroeste de España (Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla-León, Rioja, Navarra y País Vasco). Se trata de las menos afectadas por la pobreza. Son también las comunidades con mayor desarrollo general del sistema de garantía de ingresos.

Distribución del gasto suplementario en aplicación del modelo
Comunidad Autónoma
% ver.
Total
100
Andalucía
27,7
Cataluña
12,4
Comunidad Valenciana
10,1
Comunidad de Madrid
9,1
Canarias
6,5
Castilla-La Mancha
6,1
Galicia
5,7
Castilla y León
5,6
Región de Murcia
3,8
Extremadura
3,3
Aragón
3,0
Illes Balears
2,8
Cantabria
1,2
Principado de Asturias
0,9
La Rioja
0,9
Comunidad Foral de Navarra
0,4
País Vasco
0,3
Ciudad Autónoma de Melilla
0,2
Ciudad Autónoma de Ceuta
0,1


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